La mala racha en casa del Getafe en su estadio finalizó gracias a la victoria ante el peor visitante de la Liga. El equipo azulón se llevó los tres puntos con muy poco ante equipo pucelano que dio una pobre imagen y nunca creó peligro a la portería de un casi inédito Abbondanzieri. Los de Víctor comenzaron fuerte ante una despistada defensa visitante. El motivado Albín, que se está jugando el puesto de titular, dio el primer aviso con un chut que se perdió por muy poco tras tocar en Baraja. Manu del Moral, el mejor del partido, se erigió en el dueño de la banda derecha y siempre logró llevar peligro al área rival. El ex del Atlético de Madrid se 'comió con patatas' a Marcos con una velocidad y calidad tremendas y sólo le faltó el gol para rubricar un partido perfecto. Un centro de del Moral lo remató Albín de cabeza para el lucimiento del felino Asenjo. El Valladolid, con el jovencísimo Kike en punta, se limitó a esperar a la contra. Sólo Pedro León y Escudero lograban hacer daño a la defensa del Getafe, pero sus internadas no encontraron en ningún momento ni al canterano ni a un Víctor que parece lejos de su mejor forma. Los de Víctor Muñoz tenían la pelota y sólo carecían de mordiente. En una falta lanzada por Granero, la defensa pucelana se adelantó en bloque para dejar en fuera de juego a los delanteros del Getafe, pero Cata Díaz, que se estrenó como goleador con el Getafe, se libró de la 'trampa' de Mendilibar y marcó de cabeza.
Soldado pudo sentenciarEl tanto dio alas a los madrileños que estuvieron muy cerca de hacer el segundo. Abbondanzieri se sacó un espectacular pase en largo que dejó solo a un Soldado que no acertó a batir a Asenjo en el 'uno contra uno'. A falta de dos minutos para llegar al descanso el Valladolid tuvo su única oportunidad en todo el partido. Pedro León centró desde el córner, la pelota llegó a los pies de Kike, pero el remate del canterano lo sacó Cortés bajo palos. La segunda parte tuvo poca historia. Un temeroso Getafe se echó para atrás y regaló el campo a un Valladolid que nunca consiguió encontrar huecos en la defensa madrileña. A la contra, el equipo azulón estuvo cerca de cerrar el encuentro, pero el misil semanal de Casquero se marchó fuera por centímetros. Los último minutos del choque fueron lo peor del partido. El temor de los de Víctor provocó una inquietud en el Coliseum, pero la falta de argumentos de los pucelanos hizo imposible cualquier intento remontada.
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